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Representantes de las principales organizaciones exigen al subdelegado claridad.

Juan Lillo

Juan Lillo

Clamor en el sector del aceite de oliva de Jaén. El malestar roza la ira después de que se desarticulara una operación por un supuesto  fraude con el ‘oro líquido’ y se nombrara a la provincia entera y no a las empresas y marcas investigadas, con detenciones en diversos pueblos. El subdelegado del Gobierno, Juan Lillo, en lugar de aportar los nombres de los presuntos, critica a los medios de información por difundirla.


El daño es tremendo y el responsable de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado se lava las manos.

Muchas organizaciones han mostrado su malestar por la actitud del subdelegado de Jaén, entre otros:

El mundo del aceite de Jaén, quiere que Lillo dé a conocer los nombres de las empresas que engañan y este se niega.
Esa imagen difusa y genérica de la provincia entera, hará un daño tremendo al mercado del aceite, incluso algo que mortificará aún más a la economía jiennense: “Compra el aceite de oliva del norte de España porque mira lo que hacen en el sur”. Estas frases corren como “la pólvora” por algunas empresas del país y entre los importadores de Estados Unidos, Brasil, China y algunos países europeos.

El perjuicio económico para la provincia puede ser irreparable, sobre todo si se tiene en cuenta que el precio del aceite sigue por los suelos y que Jaén tiene por delante vender la cosecha más importante de su historia, paradójicamente, en el momento en el que su imagen está más sucia que nunca. Además, de manera totalmente injustificada. Por ello, cooperativas, almazaras, denominaciones de origen e, incluso, alcaldes claman contra el subdelegado y hasta contra la propia política y piden que se digan las empresas y marcas que están dentro de la Operación Lucerna, que desarticuló una red que mezclaba aceites de baja calidad para venderlos como si fueran de aceituna.
El Ministerio del Interior remitió un comunicado de prensa, el pasado 14 de febrero, que se reproduce íntegro en la página 5, en el que narraba un mérito más de la Guardia Civil, ya que había desarticulado una red que, presuntamente, mezclaba caldo de la aceituna con otros de palma y aguacate y lo vendían bajo la etiqueta de oliva. De hecho, detallaba que había detenido a 19 integrantes. No obstante, el Ministerio del Interior “encendió la mecha” a la hora de señalar que en  la operación se habían realizado cuatro registros en empresas de Jaén y que la red operaba aquí y en Córdoba.
De esta manera, se señalaba a dos provincias y a un “entramado de empresas” sin decir los nombres de las sociedades ni las marcas. La alarma saltó poco después cuando una empresa inscrita en el Registro Mercantil de Jaén recibió un aluvión de llamadas de su importadores de Estados Unidos. Le decían que un exportador —con sede social en el norte de España— aprovechó el comunicado del Ministerio del Interior para mandar el mensaje a los principales compradores de aceite de oliva de EE UU para decirles que desconfiaran del “oro líquido” que se producía en el sur y que la mejor prueba estaba en la Operación Lucerna. Jaén produce el 19% del aceite de oliva que se consume en el mundo y, curiosamente, el comunicado del Ministerio del Interior y el mal uso intencionado e interesado de empresas exportadoras,españolas y extranjeras; hace ahora, que muchas sociedades en EE UU, Brasil, Australia, China y parte de Europa no se fíen de su producto, simplemente, porque se ha señalado a una provincia en vez de a los presuntos delincuentes y sus empresas.

Fuente: Diario Jaén.

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