Antes las acusaciones de fraude o la simple puesta en duda de la calidad del aceite de oliva están causando perjucios a un sector que destina la mitad de su producción a la exportación. Para conjurar este peligro, la Junta de Andalucía ha elaborado una «Estrategia andaluza para la incentivación de la calidad del aceite de oliva», que propone medidas que alcanzan a todos los elementos de la cadena, desde los productores a los envasadores y distribuidores y, por supuesto, a las medidas de control. El documento está en estos momentos siendo discutido con el sector y es, por tanto, un texto «abierto». La secretaria general de la Consejería de Agricultura, Judit Anda, explicó al periódico ABC que el horizonte de esta estrategia es trabajar todos juntos en la mejora de la calidad para diferenciar el aceite andaluz de otros aceites que se están introduciendo en el mercado. Asimismo, se trata de concienciar a todo el sector de que los comportamientos desleales, fraudes en la calidad.
La propuesta de la Junta se resume en un decálogo de medidas, algunas a acometer directamente en Andalucía y otras con las que pretende traspasar fronteras, como es el caso de la “unificación de normativa de calidad internacional”, y que se refieren, entre otros temas, a la presentación, etiquetados y publicidad del aceite, que también se están tratando ya en el seno de la Unión Europea y del Consejo Oleícola Internacional.
Entre las netamente andaluzas, la Junta propone realizar una “caracterización del mapa oleícola andaluz”, para conocer a fondo los diferentes tipos y categorías de los aceites que se producen y “para poder decidir con garantías sobre la fijación de los límites correspondientes a los diferentes estándares regulados”.
En el mismo sentido, se propone la “implantación de sistemas de gestión de calidad”, sólo es posible acometer la mejora colectiva realizando mejoras a nivel individual.
En el polémico asunto de los paneles test como método de análisis de la calidad de los aceites la Junta propone algunas medidas como “la generación de referencias que minimicen las posibles discrepancias entre paneles”. Pero, en cualquier caso, la postura de la Junta es, según explica Judit Anda, “avanzar en la mejora del panel test como único método con el que contamos para analizar la calidad del aceite, pero buscandso a la par metodologías analíticas más baratas que puedan complementar los paneles sensoriales, lo que podrían ser los paneles electrónicos, es decir una máquina que realizara una labor igual”.