Aceite de oliva Dia
Agricultura está investigando un presunto fraude en el aceite de oliva por parte de Dia. La cadena de supermercados está ofertando botellas de “aceite de oliva suave” a 2,19 euros por litro, cuando el precio de venta en el campo no baja de 2,60 euros. Dia niega cualquier irregularidad.
La investigación se ha abierto después de que los sindicatos Coag y Asaja hayan solicitado a Aica (la Agencia de Información y Control Alimentario) analizar no sólo la venta por debajo de costes, sino investigar también si ha habido una adulteración y las calidades que se ofrecen no se corresponden con las reales. Ambas organizaciones sospechan que Dia podría haber mezclado aceite de oliva con otro de semillas, como el girasol.
Dia lo niega “rotundamente”
Dia respondía hoy mismo a las denuncias de la asociación agraria COAG. La cadena asegura que no está realizando venta a pérdidas de aceite de oliva y que está respetando la legislación vigente. Además, en un comunicado, Dia niega “rotundamente” las informaciones en las que se le acusa de estar manipulando la calidad de su aceite.
“Afirmaciones tan graves e irresponsables deben realizarse con pruebas”, agrega la compañía, que explica que mantiene procesos constantes de análisis de la calidad de todos los productos que comercializa y “el aceite, por supuesto, no es una excepción”. Asimismo, asegura que “todos los test realizados al aceite comercializado reflejan la calidad del mismo”.
Algo no cuadra para Asaja
“O bien se está vendiendo a pérdidas o la calidad ofertada podría no corresponder con el contenido de los envases”, explican desde Asaja. “La referencia del precio a granel, en la salida de refinería, es de 2,6 euros. A ello habría que añadir costes de envasado, transporte, etcétera, por lo que es prácticamente imposible ofertar a 2,19 euros sin estar haciéndolo a pérdidas”, asegura el responsable del sector del olivar de Coag, Gregorio López.
Tras la apertura de la investigación y, según las fuentes consultadas por este periódico, Agricultura ha requerido información tanto a Dia como a sus fabricantes de marca blanca para que presenten las facturas de compra del aceite, dando además traslado de la situación a las autoridades de consumo de las distintas comunidades autónomas para que investiguen el presunto fraude.
Posible mezcla
Aunque tanto Coag como Asaja consideran que ha podido haber un engaño en el etiquetado, ambos insisten también en que “el producto no sería en ningún caso perjudicial para la salud”. Desde el Ministerio de Agricultura confirmaron ayer, por su parte, que se ha abierto una investigación para esclarecer si ha habido venta a pérdida por parte de Dia, y no sólo con el aceite, sino también con la leche, aunque por ahora han declinado hacer ningún comentario público respecto al posible fraude o adulteración del producto.
La investigación por la venta de leche por debajo de costes se inició ya el pasado mes de mayo después de que varias organizaciones agrarias denunciaran en Agricultura que la empresa estaba vendiendo leche a tan sólo 20 céntimos el litro, por debajo de los costes de producción, en algunas de sus tiendas asturianas, que operaban bajo la enseña El Árbol.
El problema es que Dia no es un caso aislado, al menos en cuanto a las ofertas por debajo de costes se refiere. Asaja y Coag denunciaron ayer también que “Alcampo se ha sumado a la venta a pérdidas lanzando una agresiva oferta de aceite de oliva con un precio aún por debajo de Dia“. En concreto, la cadena de hipermercados francesa está ofertando el producto con la marca Ábaco a 2,18 euros por litro, un céntimo por lo tanto por debajo de su competidora y muy inferior a los costes de producción.
Convenio
“Es inaceptable que cadenas de supermercados que firmaron el convenio para valorizar el aceite de oliva lo utilicen ahora como producto reclamo, vendiendo a pérdidas y banalizando su imagen. El Gobierno tiene que poner freno a estas prácticas, que dañan seriamente la imagen y rentabilidad de un sector básico para grandes áreas rurales de nuestro país”, subrayó el responsable del olivar de Coag.
Tanto Asaja como Coag enviaron una carta al Ministerio de Agricultura para solicitar la convocatoria con carácter urgente de la Comisión de Seguimiento del Convenio para la valorización y mejora de la calidad del aceite, rubricado en enero del año 2014 para promover la colaboración de toda la cadena, desde la producción hasta la comercialización, en apoyo del producto.
Fuentes de Dia insistieron ayer, sin embargo, en que “ni vendemos aceite con pérdidas ni mucho menos vendemos productos con calidades distintas a las ofertadas al consumidor”, mientras que desde Alcampo declinaronhacer ningún tipo de comentario al respecto.
Prohibido por ley
Tanto la Ley de Comercio de 1996 como la Ley de Competencia Desleal de 1991 prohíben la venta a pérdida, en este último caso cuando pueda inducir a error a los consumidores, desacreditar la imagen del productos o restringir la competencia en el mercado.
No obstante, la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) ha defendido en varias ocasiones la posibilidad de que las cadenas de distribución pudieran vender por debajo de coste.
En el caso de Dia, los franquiciados llevan años denunciando también que la cadena les obliga a vender por debajo de los costes de producción para incrementar su facturación, aunque eso, en numerosos casos, esté llevando a muchos de ellos a la quiebra. El problema es que Dia marca no sólo los precios a los que vende los productos a sus franquicias, sino también los precios de venta al público que tienen luego éstas. Sus franquiciados insisten por ello en que cuánto más venden las tiendas, Dia obtiene un mayor beneficio, pero sus pérdidas, en cambio, son mayores.
La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) archivó, sin embargo, una denuncia de las franquicias de Dia en este sentido, que decidieron ante ello acudir a la justicia ordinaria.
La venta a pérdidas no es, además, un fenómeno nuevo en la gran distribución. Durante años, y especialmente durante la crisis, han sido muchas las empresas y organizaciones que han denunciado que el comercio estaba utlizando productos como reclamo hacia el consumidor, especialmente la leche y el aceite, aunque eso supusiera la banalización de los mismos.
Fuente y foto:el economista.es
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