ASAJA-Jaén participó en la firma la actualización de la tabla salarial del convenio del campo, que regula las relaciones laborales entre los trabajadores del campo y empresarios en la provincia de Jaén, y que tiene una vigencia de cuatro años. En concreto, se recoge una subida salarial del 1,60% para esta campaña..
Este aumento va en función IPC, y es que el convenio garantiza unos mínimos y unos máximos que estaban entre el 1% y el 3,5% en el caso del segundo año, y entre el 1,5% y el 3,5%, en el caso del tercero y el cuarto.
Las categorías más destacadas para esta campaña quedarían de la siguiente manera:
Vareador normal, 60,31 euros.
Vareador máquina 62,99 euros.
Tractorista 63,89 euros.
Peón 59,04 euros.
Con carácter general, el número de horas semanales de trabajo efectivo a la semana para el personal comprendido en el presente Convenio Colectivo será de 39 horas en jornada partida o intensiva, es decir, que los salarios especificados en las tablas corresponden al salario diario por una jornada laboral de seis horas y treinta minutos (6.30 horas).
La vigencia de las presentes tablas salariales se inicia el 1 de octubre de 2024 y finaliza el 30 de septiembre de 2025.
Además, el convenio regula los horarios de trabajo y demás condiciones entre empleador y empleado, con el fin de garantizar la paz social en el campo y evitar los incumplimientos.
En la mesa, en la que ASAJA-Jaén es mayoría como representante de los empresarios, participan además por parte de los empresarios la Confederación de Empresarios (CEJ) y UPA, así como los sindicatos UGT y CC OO como representantes de los trabajadores del campo. “Con esta firma cumplimos lo que se acordó durante la firma del convenio del campo, la revisión de las tablas salariales, que son las que van a estar en vigor para la presente campaña”, ha explicado el gerente y portavoz de ASAJA-Jaén, Luis Carlos Valero. A este respecto, ha recordado la sentencia favorable en primera instancia a ASAJA-Jaén y a la CEJ con respecto al recurso planteado por UGT y CC OO, donde UPA-Jaén se allanó a las pretensiones sindicales, sobre la aplicación del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) al convenio del campo de Jaén. “La otra parte ha recurrido, pero mientras que no se produzca el fallo judicial lo válido es lo que hemos firmado hoy y lo que en primera instancia ha determinado el Juzgado de lo Social número 3 de Jaén, que nos da la razón en esta forma de hacer las tablas”, ha puntualizado.
“España camina hacia un olivar sin agricultores”, afirmó este martes en Sevilla Juan Luis Ávila, responsable del sector olivarero de la organización agraria COAG, durante la presentación del estudioLa uberización del olivar español: zoom en Andalucía.
Los datos que aporta la organización son estos: “La uberización del olivar español borra del mapa al 59% de las explotaciones (de 602.250 en 1999 a 247.318 en 2020), mientras que la producción de aceite de oliva ha crecido un 65%”.
“Los fondos de inversión especulativos han puesto el foco en el oro líquido español y acaparan ya las mejores fincas de regadío. Este proceso está poniendo contra las cuerdas a los olivareros profesionales, frenando la incorporación de jóvenes e hipoteca el desarrollo del medio rural y la lucha contra el cambio climático”, subrayó Ávila.
“La brutal reconversión que ya se vislumbra amenaza con convertir a los profesionales autónomos e independientes en asalariados de las grandes corporaciones agroalimentarias, como ya está pasando en otras partes del mundo como Argentina o Brasil”, asegura el responsable de COAG.
“Queremos que el valor añadido de los olivares revierta en el desarrollo económico, social y medioambiental de nuestros pueblos no que sirva para revalorizar los fondos de pensiones de la policía montada del Canadá o de jubilados ricos californianos“, reivindica COAG.
Los motivos
El informe avisa de que los fondos se han fijado en el olivar por varias razones. Entre ellas, señala que “el precio habitual de una hectárea de olivar en regadío en España rondaría los 40.000 euros y en secano, los 20.000, valores más bajos que los que se dan en otros países”.
Por otro lado, el sector del olivar se encuentra amparado por las ayudas de la PAC: “El acceso a subvenciones también se considera un parámetro clave para que las inversiones sean atractivas para el capital”.
Además, “la superficie de olivar en producción ecológica se encuentra en expansión“. Según los datos oficiales, “las hectáreas dedicadas al cultivo certificado en esta forma de producción se han incrementado un 31% entre los años 2018 y 2022, alcanzando las 262.379 hectáreas”, algo más del 10% de la superficie de olivar en producción en ese año.
Abunda COAG: “El posicionamiento de los fondos e inversiones de capital también tienen en consideración este tipo de certificaciones de sostenibilidad a la hora de aterrizar en un sector, dado que se considera que el consumidor es cada vez más demandante de productos sostenibles y respetuosos con el medioambiente”.
¿Quién invierte y quién saca rédito del olivar en España?
Coag aporta en el estudio datos sobre algunas de las grandes compañías que operan y que han invertido ya en el sector. El grupo Atitlan “fue uno de los pioneros en la inversión en el sector del olivar bajo la enseña Elaia”. “Desde el año 2007, esta entidad —analiza COAG— desarrolló una apuesta inversora en el sector agrario que se fue concretando en la explotación de más de 20.000 hectáreas de cultivos en España, Portugal y Marruecos. Una parte de ellos eran fincas de olivar que han sido vendidas en 2022 al grupo De Prado, generando un beneficio de más de 73 millones de euros“.
Además, “el fondo de capital riesgo Beka & Bolschare Iberian Agribusiness comenzó su andadura en el sector en 2021 y está destinado a gestionar y desarrollar plantaciones agrícolas, principalmente olivar, aguacate y almendro. Cuenta con más de 1.500 hectáreas de plantaciones super-intensivas en Portugal y Castilla la Mancha, algunas de ellas con certificación ecológica, y almazara propia”.
También, “en abril de 2022, la administradora de fondos SLM Partners, que opera a nivel mundial y gestiona más de 300.000 hectáreas, compró 300 hectáreas para la producción de almendra, pistacho y olivar en Murcia”.
En 2023, “Fiera Capital, fondo de inversión canadiense con más de 120.000 millones de dólares en activos bajo gestión, ha adquirido Innoliva, empresa que ya contaba con 8.000 hectáreas de olivar en Extremadura y el Alentejo, 2.000 de ellas ecológicas”.
Otras firmas de capital privado, “como Miura Partners, han apostado por el sector en otros eslabones de la cadena del olivar”, añade el trabajo. En 2023, alcanzaron un acuerdo de asociación con Cándido Miró, compañía líder en la producción de aceitunas de mesa y conocida comercialmente por su marca Serpis, y fundaron la enseña Olive&Co, una sociedad dedicada a consolidar el mercado de aceitunas, encurtidos y snacks saludables”.
El precio del aceite de oliva se ha convertido en una auténtica obsesión para los consumidores. Las redes arden con vídeos que intentan analizar por qué el precio de este producto está subiendo con tanta intensidad, cuando la cosecha en España ha sido algo mejor que la de la campaña anterior. Las lluvias de finales de 2023 y malísima cosecha de 2022 han ayudado a que la producción de aceite de oliva sea un 15% superior esta temporada en España, mayor productor del mundo. Sin embargo, el precio del aceite de oliva no para de batir nuevos récords, superando incluso los 10 euros por litro para el consumidor final, ¿qué está pasando en el mercado?
Se habla de especulación, de agentes que acaparan aceite (algo que no tiene excesivo sentido en el medio plazo, pues el aceite de oliva pierde propiedades), de la sequía, de posibles oligopolios… Son muchos y poderosos los factores que podrían explicar la subida de precios de este año, incluso teniendo en cuenta que la producción en España ha superado a la de la pasada temporada. ¿Por qué si España ha mejorado su producción esta temporada siguen subiendo los precios?
La primera explicación con fundamento podría ser el bajo nivel de partida de la producción de aceite de oliva de la temporada anterior. Aunque este año la producción en España se va a situar en la zona de las 765.300 toneladas, para la campaña 2023-2024 (según previsiones del Gobierno), un 15% más que la anterior, esto todavía está un 34% por debajo de la media de las últimas cuatro años. El campo arrastra la sequía cuasipermante que viven las zonas productoras de aceite y que provocaron que durante la campaña 2022-2023 se registrara una caída de la producción del 55% de la producción en España, con solo 666.000 toneladas.
Aunque el aceite de oliva es un producto que pierde propiedades con el paso de los meses (sobre todo a partir de los 18 meses), las almazaras, las comercializadoras y los propios consumidores suelen tener su propio stock. Tras dos temporadas malas, estos stocks de aceite se encuentran bajo mínimos, lo que está generando un importante aumento de precios ante una previsible escasez.
Tal es la situación que el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA) ha publicado una nota en la que intenta arrojar algo de luz sobre la drástica subida de precios: “La producción de aceite de oliva de la UE se concentra en unos pocos Estados miembros. La UE es el mayor productor de aceite de oliva del mundo y representa más del 60% de la producción mundial. En España, que produce aproximadamente la mitad de la cosecha de aceitunas de todo el mundo, las condiciones climáticas extremas han provocado una escasez de producción por segundo año consecutivo. Después de que una ola de calor primaveral afectara la floración, se pronostica que la cosecha en España sería solo un 15% mayor que la del año pasado, que fue el peor año de producción de aceite de oliva en casi una década“, comenta la nota.
Una muy mala cosecha en Turquía
La recolección de aceitunas en Europa se extiende desde el otoño hasta principios de la primavera. Aunque las condiciones de primavera determinan la floración y las temperaturas de verano influyen en el desarrollo de la fruta, las precipitaciones de otoño siguen desempeñando un papel en los niveles de producción final. Las altas temperaturas y la falta de lluvia de calidad han dañado sobremanera la producción en Turquía y Grecia, dos de los grandes productores mundiales. Si la campaña pasada fue España quien registró un descenso de más del 50% interanual, esta campaña es Turquía quien lo sufre.
gráfica del stock de aceite de oliva
Así, Grecia y Turquía tienen buena parte de la culpa de esta subida de precios. Ambos países, grandes enemigos históricos, están sufriendo una intensa caída de su producción de aceite de oliva. Después de un rendimiento récord de 421.000 toneladas el año pasado, que convirtió a Turquía en el segundo mayor productor del mundo, se espera que la cosecha de este año disminuya significativamente. Mustafa Tan, presidente del Consejo Nacional del Olivo y del Aceite de Oliva, explicó hace unos días en declaraciones a Olive Oil Times que se espera que la producción alcance solo 180.000 toneladas en la campaña agrícola 2023-2024, una disminución del 57% en comparación con el año pasado y un 33% por debajo del promedio de los cuatro años de cosecha anteriores.
A la disminución de la producción se le atribuye una combinación de muchos factores que han coincidido en el tiempo. Por un lado, muchos productores del país entraron en un “año inactivo” en el ciclo natural alternativo de producción del olivo, mientras que los fenómenos climáticos extremos en varias partes del país han reducido la cosecha de aceituna.
Los productores del oeste y suroeste de Turquía aseguran que el clima frío y lluvioso de la primavera arrasó el polen y dañó las flores de muchos árboles, lo que provocó un menor cuajado de frutos. Además, en algunas zonas del país el granizo dañó árboles durante el período de floración. Por otro lado, en el este de Turquía, el fatal terremoto de febrero dañó significativamente los olivos y los molinos, lo que provocó una menor producción. El caso de Grecia también es preocupante. La producción caerá desde las más de 300.000 toneladas de 2022-2023 a las menos de 200.000 de este año.
Con todo, desde Olive Oil Times prevén que los siete países productores de aceite de oliva más grandes del mundo produzcan 1,97 millones de toneladas en la campaña agrícola 2023-2024, una disminución del 7% en comparación con el año pasado y un 23% por debajo del promedio de las cuatro campañas agrícolas anteriores. Esto está generando una caída intensa de las existencias, como se puede ver en el siguiente gráfico y como ha revelado la Comisión Europea.
La otra cara de este mercado es el de la demanda. Aunque buena parte de los organismos, supermercados y la propia USDA ven un descenso de la demanda de aceite de oliva, lo cierto es que el consumo de este bien es relativamente rígido. Aunque los precios suban con intensidad, las familias prefieren recortar en otras partidas de gasto alimentario antes que en el aceite.
Esto es algo que sucede cada vez más en el exterior. Las propiedades de este aceite y los nuevos hallazgos sobre su impacto positivo en la salud están llevando a que una porción cada vez mayor de consumidores extranjeros opten por el aceite de oliva: “Se descubrió que el consumo de aceite de oliva mejora el funcionamiento cognitivo y reduce el deterioro cognitivo”, aseguraba, por ejemplo, un estudio publicado por varios científicos de EEUU el pasado mes de octubre.
Con todos estos factores, desde la USDA advierten de que el bajo nivel de stock va a ser la nota predominante del mercado este año: “A pesar del previsible descenso del consumo y de unas exportaciones algo reducidas, se espera que las existencias de aceite de oliva en la UE sean escasaspara finales de la campaña 2023-2024, dadas las dos cosechas cortas consecutivas que han reducido la disponibilidad de aceite de oliva dentro de la UE”, sentencian desde el organismo americano.
La Junta de Andalucía ha iniciado el adelanto de las ayudas de la Política Agraria Común (PAC) relativa al año 2023, se ha comenzado a abonar a los agricultores y ganaderos andaluces. En total, 202.124 productores recibirán este anticipo de las subvenciones europeas, que asciende a algo más de 785 millones de euros, cantidad que se corresponde con el 70% de las ayudas que la Unión Europea concede adelantar, tal y como pidió Andalucía, a los profesionales del campo andaluz en el presente ejercicio.
Se trata de una ayuda al sector agroganadero la que realiza el Gobierno andaluz, teniendo en cuenta que la Unión Europea permite a las regiones abonar el anticipo a partir del 15 de octubre, pero es decisión de éstos adelantar o no dichos pagos.
En Andalucía, de los 202.124 agricultores y ganaderos que se van a beneficiar de este adelanto de las ayudas de la PAC en las ocho provincias andaluzas, 110.157 son hombres (55%), 78.222 son mujeres (38,57%) y el 6,6% restante se corresponde con 13.744 personas jurídicas.
Una vez más, por provincias, destaca Jaén como la mayor perceptora de los fondos del adelanto de las ayudas de la PAC, con más de 204,2 M€ para 76.268 agricultores y ganaderos; seguida por Sevilla, con 179,1 M€ para 25.757 productores, y Córdoba, con 176,7 M€ que recibirán 36.466 profesionales del sector agrario. A Granada le corresponden en esta ocasión 69,8 M€ a repartir entre 29.951 beneficiarios; Cádiz percibirá 65,9 M€ para 6.854 agricultores y ganaderos, mientras que la provincia de Málaga recibirá 46,1 M€ para 15.903 beneficiarios; a Huelva le corresponden 24,9 M€ a repartir entre 5.847 perceptores de la PAC y, por último, Almería tendrá a su disposición 13,3 M€ para 5.054 productores agrarios.
Atendiendo a los diferentes tipos de ayudas, destaca especialmente la ayuda básica a la renta sostenible, por 455 M€, junto al nuevo pago redistributivo, por importe de 89 M€, así como los regímenes en favor del clima, el medio ambiente y el bienestar animal, (ecorregímenes), por un total de 169 M€. Las ayudas para jóvenes agricultores superan los 4 M€ euros, con algo más de 8,5 M€ en el caso de los incentivos asociados a la agricultura y la ganadería.
Ayudas directas de la campaña 2023 en Andalucía
En 2023 se ha aplicado por primera vez el nuevo régimen de ayudas directas 2023-2027 de la PAC con importantes novedades, al aparecer nuevas líneas de ayudas como los ecorregímenes, el pago redistributivo o la ayuda asociada al olivar. Ha sido un primer año complicado para los agricultores y ganaderos, así como para las entidades colaboradoras en la tramitación de estas ayudas y la propia Administración andaluza.
Pese a las dificultades como la guerra en Ucrania y la grave situación de sequía, el sector agrario andaluz ha demostrado, de nuevo, su profesionalidad y capacidad de adaptación, siendo líder en la aplicación de los nuevos requisitos más exigentes desde un punto de vista agrario y medioambiental. En este sentido, por ejemplo, cabe destacar que Andalucía es la primera comunidad autónoma en proporción de superficie que se ha acogido a las cubiertas en cultivos leñosos, que evitan la degradación del suelo y contribuyen a la mejora de la calidad del agua y de la biodiversidad, suponiendo un 82% de la superficie total de cultivos leñosos, frente a un 56% de media en el conjunto del territorio nacional.
No obstante, a pesar del esfuerzo, los agricultores y ganaderos andaluces se van a ver penalizados por esta reforma como consecuencia del diseño establecido de las nuevas ayudas, establecido por parte del Gobierno de España con el Plan Estratégico de la Política Agraria Común, el Pepac.
Según el análisis realizado por la Consejería de Agricultura, Pesca, Agua y Desarrollo Rural, una vez que se aplique plenamente la reforma de la PAC, en 2027, Andalucía perderá, en relación con 2020, más de 134 M€ anuales, lo que supone una reducción superior al 10%. Esta pérdida se concentra en las tierras de cultivo, con reducciones del 26% en secano y cerca del 32% en regadío. Por provincias, las mayores pérdidas se registran en Sevilla, que reduce sus ayudas un 23%, y en Jaén, un 12%. Estos datos muestran la necesidad de la modificación del Pepac de España, que provoca pérdidas, en lugar de seguir siendo un incentivo para el campo, en las explotaciones agrarias, especialmente en las zonas más productivas, como es el caso, por ejemplo, del regadío.
La inestabilidad climática, la vecería del olivar, así como las plagas y enfermedades son factores que impactan directamente en la producción agraria y que, en cada campaña, generan incertidumbres a los olivareros, a las cooperativas oleícolas y a las industrias almazaras. Pero minimizar las dudas sobre qué cantidad de aceituna o de aceite habrá en el mercado en la campaña venidera ya es posible.
Con un innovador sistema tecnológico que está desarrollando el Grupo Operativo Predic I, con funcionamiento similar al Sigpac y de acceso libre, se pretende poder obtener una predicción temprana de la cosecha de aceituna, lo que posibilita tomar las decisiones estratégicas correctas y optimizar los recursos en todas las fases del cultivo y en la comercialización del aceite de oliva.
Este consorcio, conformado por Citoliva, Cetemet, Cooperativas Agro-alimentarias de Andalucía, Nutesca y la Universidad de Jaén, está desarrollando un prototipo tecnológico que sea capaz de anticipar una estimación de cosecha a partir de marzo, cuando toda la campaña está aún por decidirse, ya que el olivo se encuentra en estado fenológico de brotación y aparición de las primeras yemas. Esta primera predicción productiva cuenta con un índice de precisión de entre el 80-90%.
Esta anticipación al mes de marzo supone la mayor innovación de este sistema, ya que, si bien existen en el mercado tecnologías capaces de anticipar cosechas, la gran mayoría se basan en la medida del nivel de polen del olivo, por lo que la predicción se alcanza en los meses de mayo-junio, cuando toda la inversión que tiene que realizar el agricultor o la cooperativa ya está hecha.
El modelo desarrollado por Predic I se basa en Inteligencia Artificial y algoritmos de precisión. Se trata, además, de un sistema vivo, capaz de evolucionar, ya que la retroalimentación del mismo con información de nuevas campañas permitirá generar modelos predictivos cada vez más eficientes y más ajustado a cada zona objeto de estudio.
Pero además de predicción de la campaña de aceituna, esta tecnología permitirá realizar consultas sobre producciones históricas de las explotaciones, para analizar el comportamiento dinámico del cultivo a lo largo del tiempo.
El Grupo Operativo Predic I ya ha resuelto la implementación de los datos que permitan realizar un mapa de cosecha en cualquier municipio olivarero de Jaén, Córdoba y Granada, tras el estudio de las variables influyentes, a nivel local, en la producción de aceitunas.
Predicción por parcelas
Actualmente, el proyecto se centra en la incorporación de datos históricos procedentes del seguimiento del cultivo por satélite. Además, se está trabajando en mejorar la herramienta para que también sea capaz de predecir las cosechas de aceitunas no sólo por localidades, sino por fincas concretas.
Así, según argumenta Francisco Ramón Feito, catedrático de la Universidad de Jaén y coordinador técnico del proyecto, se ha hecho una selección de 15 explotaciones piloto (cinco en Jaén, cinco en Córdoba y cinco en Granada) con las que se ha llegado a un acuerdo para la toma de datos. En esta línea de trabajo se están realizando vuelos periódicos con drones dotados con sensores térmicos y multiespectrales. El objetivo es enseñar al algoritmo con las variables obtenidas -mediante análisis visual, análisis foliar y de terreno de olivar– para la detección temprana de cosecha a nivel de parcela.
Organizaciones agrarias como Asaja llevan meses avisándolo y finalmente se ha confirmado. El olivar se han quedado fuera de las ayudas extraordinarias para afrontar la grave sequía en el país. COAG lamenta la no inclusión a pesar de que está atravesando una campaña de la que se espera menos del 40% de la media de producción.
Este sector, por segundo año consecutivo, no obtiene la rentabilidad adecuada, ni mucho menos, acorde a la subida de costes. Al menos así lo considera la organización agraria, que advierte que en el caso del olivar de secano, la producción se encuentra prácticamente a cero. En el regadío, con 400 hectómetros cúbicos por hectárea, los bajos rendimientos no compensan la renta.
Por un lado, el Ministerio de Agricultura ha obviado totalmente a un olivar que se queda fuera de las ayudas. Además de los recortes que están sufriendo los olivareros en las ayudas de la PAC, y las dificultades que están teniendo los olivareros para seguir adelante con una escasa cosecha, “nos encontramos con que se publican varios decretos de sequía y en ninguno de ellos se ha tenido en cuenta al olivar, cuando es un cultivo con dos cosechas consecutivas con pérdidas de entre 60 y el 70% de producción respecto una cosecha media”. Francisco Elvira, secretario de Organización de COAG Jaén.
Asimismo, las medidas que ha aprobado la Junta de Andalucía, también permite que el olivar se queda fuera de una línea de ayudas específica. “Por lo que el sector se enfrenta ahora a un segundo año consecutivo con una reducción de cosecha sin precedentes, y que no suple la subida de precios del aceite, ya que multiplicar cualquier precio por cero, sigue dando cero”.
Ayer se publicó el BOE con la Orden HFP/405/2023, de 18 de abril, por la que se reducen para el período impositivo 2022 los índices de rendimiento neto y la reducción general aplicables en el método de estimación objetiva del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas para las actividades agrícolas y ganaderas afectadas por diversas circunstancias excepcionales.
Se ha producido una reducción importante en el índice de determinación del Rendimiento en Estimación Objetiva en IRPF de 2022 para el olivar en la provincia de Jaén pasando del 0,26 al 0,09 para este año.
Lo que supone una rebaja del 65% en el índice para todos los olivares de Jaén
Os dejo enlace del BOE donde aparece publicado el índice de rendimiento neto
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