Se calcula que cuatro de cada diez litros de aceite de oliva vendidos por la distribución entre 2011 y 2014 se vendieron a pérdida. Un informe realizado por Deoleo, principal comercializador de aceite que estima que el periodo mencionado el 41% del producto puesto en los lineales (603.000 litros sobre 1.472.000) se vendió por debajo de costes. El estudio, del que se reconoce que es “una aproximación y no una cuantificación exacta del problema”, cruza los precios en origen a partir de la información suministrada por el sistema de información Poolred y los datos de la consultora Nielsen respecto al precio en los puntos de consumo y el volumen consumido. A partir de ahí, calcula el margen positivo o negativo teniendo en cuenta costes como envasado, mano de obra, energía e impuestos -en el caso del fabricante- y transporte, en el caso del distribuidor.
El consejero delegado de Deoleo, Jaime Carbó, en la presentación de este informe, ha sido claro al señalar que “cuando la venta a pérdidas se mantiene a largo plazo es ilegal y hace mucho daño al sistema. Es aquí donde entran en juego los grandes centros comerciales, a parte, hay otro tema como es la conexión de la venta a pérdidas y el fraude”. Las marcas blancas se han vendido a pérdidas durante más de 33 meses
La venta a pérdida se ha concentrado en determinadas épocas. Así ocurrió entre noviembre de 2012 y agosto de 2013. En algún mes, como mayo de 2013, el distribuidor perdió 41 céntimos por cada botella.
En los últimos cuatro años, el aceite de marca blanca se ha vendido a pérdida durante 33 meses mientras que sólo en 16 ha habido ganancia. En el periodo entre noviembre de 2012 y agosto de 2013 y en los últimos meses de 2014 se agudiza esta práctica, con márgenes negativos que oscilan entre 18 céntimos (agosto de 2013) y los 61 (mayo de 2013). Sin ir más lejos, en noviembre de 2014 el distribuidor perdió 46 céntimos por cada litro de aceite de su propia marca que vendió. En el periodo analizado, el 65% de este tipo de aceite se ha comercializado a pérdida. Y en el año 2013 este porcentaje llegó al 100%: 212.567 litros vendidos, ninguno de ellos con beneficio para el vendedor.
Con la marca del fabricante pasa casi al contrario, aunque también hay venta a pérdida. La hubo en abril, mayo y junio de 2013, y en noviembre y diciembre de 2014. Y nada más. Sólo el 9% del producto (56.315 de 629.301 litros) ha tenido margen negativo en los últimos cuatro años, y esta situación se concentra en los dos últimos años, ya que en 2011 y 2012 la marca del fabricante no se vendió a pérdida.
En total (sumando la marca del distribuidor y la del fabricante) las empresas de distribución han perdido 113,6 millones de euros de 2011 a 2014 por una práctica ilegal que ha sido denunciada reiteradamente por las organizaciones agrarias.
En este sentido, se ha denunciado más de una vez que el aceite de oliva es usado como producto reclamo, con el objeto de atraer clientes y aplicarles después unos márgenes más altos en otros artículos.
El abaratamiento del litro de aceite en los lineales crea una presión que reduce también los precios en origen. “Y eso genera un empobrecimiento del sector que impide su modernización, inversión en mecanización, irrigación o variedades, tan importantes para el mantenimiento del éxito de la olivicultura española en el mundo”.
Las consecuencias de la venta a pérdidas es “un incentivo al fraude”. Si un agricultor, envasador o distribuidor ve que, de manera sostenida, sus productos se venden por debajo de coste, en su necesidad de sobrevivir puede caer en la tentación del fraude, que va desde el etiquetado, menor llenado y catas límite hasta la mezcla con otros aceites vegetales, mezclas de orujo con el refinado o añadir desodorizado al extra virgen.
Fuente: Agroinformacion.com