La Navidad es una época dada a los excesos alimenticios y a las comidas copiosas, ya que se producen numerosas reuniones familiares, con amigos y con compañeros de trabajo para celebrar las tradiciones comidas de empresa. Esto supone en muchos casos un aumento de peso, pero también puede acarrear problemas para la salud, ya que los excesos cometidos pueden conllevar un aumento del colesterol. Ante esta situación, la Fundación Española del Corazón (FEC) ha puesto en marcha la campaña de concienciación #nomasde200 para advertir sobre los riesgos que implica tener el colesterol alto y las medidas a adoptar para evitarlo aprovechando los buenos propósitos que vienen asociados al comienzo de un año nuevo.
Como no podía ser de otra forma, una de las medidas que propone la FEC es consumir aceite de oliva virgen extra, un alimento que numerosos estudios científicos han demostrado que ayuda a reducir el llamado “colesterol malo”. El consumo habitual de AOVE es capaz de originar un descenso del colesterol (LDL), la fracción perjudicial del colesterol. De esta forma, el aceite de oliva evita la acumulación de colesterol en las paredes arteriales y potenciará las acciones beneficiosas del “colesterol bueno”, entre las que destaca la función de transporte del colesterol sobrante desde las paredes de las arterias hasta el hígado, donde será posteriormente metabolizado y eliminado, favoreciendo su retirada del organismo. Este gran beneficio para la salud se obtiene en mayor medida al consumir aceite de oliva virgen extra, que es la categoría de aceite que presenta más ventajas para nuestro organismo.
Aumenta el “colesterol bueno”
Pero los beneficios del aceite de oliva virgen extra sobre el colesterol van mucho más allá, ya que científico ha demostrado que su el consumo habitual contribuye a aumentar el “colesterol bueno”. El informe “El efecto del consumo de aceite de oliva sobre la oxidación en la población europea”, dirigido por científicos del Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas (IMIM) en Barcelona, pretendía averiguar si el aceite de oliva rico en compuestos fenólicos (como es el caso del aceite de oliva virgen) ofrecía beneficios para la salud distintos a los que ya se sabe que ofrecen otros tipos de aceite de oliva.
El equipo llevó a cabo seis ensayos clínicos en los que se administró durante tres semanas a doscientos voluntarios sanos veinticinco mililitros diarios de tres tipos de aceite de oliva, cada uno con un contenido de polifenoles distinto. La dosis es similar a la cantidad diaria ingerida normalmente en los países mediterráneos. Los resultados mostraron que a mayor contenido de polifenoles, mayor era el nivel de HDL (llamado también colesterol bueno). Por último, los resultados mostraron que el consumo de veinticinco mililitros diarios de aceite de oliva, en sustitución de otras grasas, no provocaba un aumento de peso en los participantes.
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