Es obvio que hoy en día, la tecnología está presente cada vez más en nuestras vidas, apareciendo también, desde hace ya algunos años, en el ámbito de la agricultura. Aunque bien es cierto, que los sistemas de monitoreo aún no ha llegado a todas las labores que se dan en el campo.
El factor tecnológico aplicado a herramientas, se tiene cada vez más en cuenta, por parte de quienes trabajamos en este ámbito. Y fruto de ello, cada vez contamos con más y mayores mejoras.
Un ejemplo de ello, lo tenemos en el proyecto, llevado a cabo por la Universidad Pablo de Olavide. En este proyecto, un caso claro de agricultura inteligente, se trata de controlar la plaga de la mosca que afecta al olivar, empleando herramientas como los sensores. ¿Para qué sirven los sensores? Estos son, junto con dataloggers situados en las parcelas agrícolas, de olivar por ejemplo, tienen la capacidad de detectar según qué problemas en nuestro árbol o el suelo del mismo, y con la obtención de los datos que nos proporcionan, nos pueden permitir un ahorro considerable en abonos, productos fitosanitarios… ya no es que sea interesante desde la perspectiva económica, sino también desde la social y el compromiso con el medio ambiente a través del uso responsable de productos agroquímicos. Y la pregunta ¿Me proporcionan un beneficio real en la producción? Bueno, la respuesta es “sin duda”, no obstante, una vez instaladas estas “herramientas” y como alguna periodista ha dicho alguna vez “Nuestros son los datos, suyas son las conclusiones”. Lo importante en cualquier campo son los datos, con ellos podemos tomar las decisiones correctas, marcar nuestro plan estratégico, si tenemos las herramientas que nos ofrecen esos datos, estaremos inmersos en la agricultura inteligente, en una forma de trabajo claramente aventajada.
Estaciones para la monitorización
La información que podemos obtener de estaciones implementadas en nuestra parcela va desde el estado del suelo del árbol, y de su raíz, clima. A mi parecer, lo que le da mayor valor a este tipo de automatización en la agricultura es la capacidad de reacción que nos proporciona si se produjese algún imprevisto; además de una optimización de los recursos. Actualmente en el mercado existen diferentes tipos de dataloggers y sensores, del suelo, de la humedad, la temperatura…etc.
Los sistemas de conexión son importantes para la obtención de estos datos y por consiguiente para las mejoras de nuestra producción, como el monitoreo online de las tierras y de la producción; las comunicaciones inalámbricas; sistemas de guiado agrícola GPS; etc.
En definitiva, se trata de usar, de canalizar aquellos recursos que los avances tecnológicos ponen a nuestra disposición, para que nos faciliten el trabajo y hagan que nuestra producción sea lo más rentable posible.
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