Buscando la rentabilidad del olivar de montaña.

sequía en la cosecha de aceituna de jaen

Olivar

Está abocado a su abandono debido a la nula rentabilidad que tiene el olivar de montaña, de sierra. Para intentar evitar esto, la Consejería de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural, a través del Instituto de Investigación y Formación Agraria y Pesquera de Andalucía (Ifapa), ha desarrollado un proyecto de investigación denominado “Diseño y análisis de nuevos instrumentos de política agroambiental para la adopción y difusión de la agricultura ecológica” ( Inspolae) dirigido a diseñar herramientas que incrementen la rentabilidad del cultivo del olivar de montaña a través de técnicas respetuosas con el medio ambiente.

De esta forma, la Administración andaluza trabaja en nuevas estrategias para evitar el abandono de esta actividad a causa del desequilibrio entre productividad y costes de mantenimiento que se observan actualmente en este tipo de cultivo, si ya, debido a las características de estas zonas, es complicada su rentabilidad, no digamos si entramos en años como estos últimos, que el precio de la pringue no sube, ni que haya cosecha, ni que no; a la vista tenemos el desastre de cosecha del año pasado, y aún habiendo la escasez de aceite que hubo en el mercado, los precios apenas han subido, ¡vamos de risa!

Los profesionales del centro Ifapa Camino del Purchil de Granada, encargados del estudio, destacan la posibilidad de que las futuras políticas agrarias comunitarias contemplen el olivar ecológico de montaña como un sector a respaldar a través de nuevas líneas de subvenciones debido a los bienes, servicios sociales y medioambientales que genera. Y por ese orden, bienes, servicios sociales, y tambien medioambientales; tres pilares fundamentales y que dificilmente se cumplen enotras actividades del sector primario.

Volviendo a la noticia, esto podría llevarse a cabo a través del empleo de un contrato territorial de explotación de forma colectiva que facilitaría la cooperación entre los agricultores. Este instrumento de desarrollo rural y agrario, enfocado a una gestión más sostenible de las explotaciones agrarias, se presenta como un medio capaz de obtener los máximos beneficios de este cultivo, al margen del precio del producto en el mercado, tanto para el agricultor como para la sociedad.

Este contrato exige un conjunto de compromisos de índole productivo, ambiental, social y cultural, destacando especialmente su carácter grupal, ya que así se potencian las ventajas relacionadas con la difusión del conocimiento sobre el manejo del olivar ecológico entre profesionales de la misma zona y la creación de economías de escala en las labores de cultivo. Además, este carácter colectivo incide también en el desarrollo de técnicas de control de plagas o en la gestión conjunta de ayudas y contribuye a la no fragmentación de los hábitats con el fin de lograr una mayor conservación de la biodiversidad.

Este tipo de modelo contractual se presenta como una oportunidad para los agricultores en cuanto a costes de gestión y de manejo, así como de cara a ayudas de una futura Política Agrícola Común (PAC). En cuanto a los factores idóneos para el buen funcionamiento del mismo y, a la vez, para incrementar los beneficios que la sociedad recibiría a cambio del respaldo a estos productores, los investigadores señalan, entre otras circunstancias, que la superficie supere las 50 hectáreas o que el cultivo se encuentre incluido en áreas de la Red Natura 2000 y sensibles a contaminación por nitratos.

Desde el punto de vista del segundo pilar de la política europea este tipo de contrato se muestra como un modelo de futuro, así como desde la perspectiva de la Ley y el Plan Director del Olivar de Andalucía, herramientas que ofrecen la posibilidad de dar forma a estos compromisos ambientales colectivos.

Ventajas del cultivo

Entre los bienes y los servicios de tipo medioambiental que genera la agricultura ecológica en el olivar de montaña, que representa el 24% de la superficie total del olivar en Andalucía, se encuentra los siguientes:

  • Lla contribución a la reducción de la erosión del suelo.
  • La lucha contra el cambio climático.
  • La conservación de la biodiversidad y del paisaje tradicional andaluz.
  • En el aspecto social; este tipo de cultivo ayuda a fijar la población en el medio rural.
  • La protección del patrimonio cultural.

Creo que son razones más que suficientes para que el olivar de montaña reciba el apoyo de las administraciones españolas y europeas (por medio de medidas dirigidas desde la pac).

Fuente: junta de andalucía

 

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