La Universidad de Jaén investiga cómo convertir los restos de poda del olivar en combustible para reducir la emisión de CO2.
Es conocida la posibilidad de usar residuos agrícolas para obtener biocarburantes. Una investigación de la Universidad de Jaén trabaja en un proyecto que va más allá. Desarrollan un modelo de biorrefinería sostenible que podría reducir la emisión de CO2 hasta un 80%.
La Universidad de Jaén estudia una valorización en cascada de la biomasa del olivar que utiliza los restos de poda del olivo y los residuos de la aceituna para obtener bioetanol, un elemento sustitutivo de la gasolina que reduce hasta un 80% la emisión de CO2.
“La biomasa del olivar puede contribuir a la reducción del efecto invernadero“, afirma Ecarnación Ruiz, profesora de la Universidad de Jaén.
Jaén es un campo de pruebas ideal para un modelo de bioeconomía basado en el olivar, con casi el 50% de la superficie de olivar de toda Andalucía.
El segundo paso es aprovechar otros componentes bioactivos derivados de la extracción del aceite aplicables en medicina o cosmética. La biomasa abastecería de energía la biorrefinería cerrando el círculo productivo.
Así serían las plantas del futuro, con un potencial sostenible y autosuficiente, que refuerza el desarrollo de empleo en zonas rurales.
La UE impulsa los carburantes con el bioetanol
Los carburantes sostenibles para reducir la emisión de dióxido de carbono a la atmósfera. El transporte representa la mayor emisión de dióxido de carbono a la atmósfera. Por eso, Europa fija que como mínimo las fuentes renovables contribuyan un 14% en el transporte, lo que significa que se impulsan los carburantes como el bioetanol.
Si el bioetanol se fabrica a partir del cereal, podría reducirse siempre y cuando su cultivo intensivo cause deforestación o fluctuación en los precios de los alimentos. La Unión Europea impulsa los bioetanoles de segunda generación, es decir, los producidos a partir de biomasa no alimentaria.
España ya está en esta carrera bien posicionada.
La Universidad de Jaén aprovecha la poda del olivar, las hojas y las ramas pequeñas que se separan al hacer aceite de oliva y lo convierte todo en etanol. Se estima que en el país hay tres millones de toneladas al año de este residuo agrícola.
Fuente: lasexta.com
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