Las trampas de unos pocos han ensuciado el buen nombre y el prestigio del aceite de Jaén. Han pasado 45 días desde que la ‘bomba’ de la operación ‘Lucerna’ estalló en el sector oleícola. Mes y medio después, nadie con mando en plaza ha limpiado la mancha y ha dado a conocer qué empresas, presuntamente, mezclaban aceites de oliva con otros de inferior calidad.
Fue el 8 de febrero cuando se produjeron las primeras detenciones por un caso que ha supuesto un enorme “mazazo” para el principal motor de actividad de la economía jiennense. Ese día, la Guardia Civil inició la última fase de la operación “Lucerna”, en la que dio por desarticulada una organización que, presuntamente, comercializaba como aceite de oliva una mezcla de caldos de calidad inferior, principalmente de palma y de aguacate, exportados desde Sudamérica. De hecho, fueron detenidas 19 personas, casi todas en Jaén, donde se realizaron cuatro registros a empresas.