Dos emprendedores de Jaén han patentado un sistema para evitar el robo de aceitunas y otros frutos en el campo: implantar un código de radiofrecuencia en unas “aceitunas señuelo” que se mezclan con las reales, lo que permite identificar su origen cuando llegan a la almazara para ser molturadas.
Las aceitunas señuelo parecen reales, por lo que los ladrones las mezclarán sin darse cuenta en los sacos donde guarden el fruto de su fechoría. En caso de ser interceptados por la Guardia Civil o al llegar a una cooperativa a molturar, un lector permitirá determinar el origen de la partida y su propietario, una especie de ADN propio de cada parcela o finca.
Entonces se podrá determinar si se trata de una finca donde los cacos no estuvieran autorizados a operar.
El abogado Ricardo Cárdenas y el agricultor Antonio Berrio, a través de su empresa Agro Security, están embarcados estos días en una febril actividad: trabajando con distintos prototipos, pensando en un modelo adaptado a la aceituna de mesa sevillana y captando socios económicos para el proyecto.
Tienen en mente una versión más sofisticada, en la que el señuelo tendrá además un localizador GPS que permitirá saber en qué punto geográfico exacto se encuentra la cosecha sustraída.
El proyecto acaba de estrenar su plan de negocio elaborado por el Centro Andaluz de Emprendimiento (CADE) de la Junta de Andalucía, en el que se recoge que, según datos del Instituto Nacional de Estadística, existen actualmente 222.667 agricultores dueños de explotaciones agrarias solo en Andalucía y de ellos 169.459 olivareros, “lo que nos da un dato objetivo claro de la clientela potencial de este proyecto”.
Cárdenas y Berrio trabajan en distintos prototipos para la aceituna de molturar y otros para la aceituna de mesa: en este caso, están jugando con la densidad en busca de un señuelo que flote en el agua y cambie de color para poder retirarlo con facilidad durante el proceso de aliño.
Los emprendedores explican que las aceitunas señuelo se venderán en máquinas expendedoras instaladas en las cooperativas. Habrá cajas de entre 3 y 100 unidades, con un precio de 3,99 euros en el caso de la más pequeña y descuentos en los paquetes grandes.
Las aceitunas con GPS dispararían el coste a unos 25 o 30 euros por señuelo, explica Berrio, y añade que él como agricultor se plantearía su uso en el caso de aceitunas que vayan a dar un producto de mucha mayor calidad.
También barajan que sean comerciales de la empresa quienes visite a las cooperativas en temporada para entregar el producto.
Aceitunas señuelo
El señuelo podrá ser colgado en el árbol o depositarse en el suelo. A la hora de realizar el pesaje de la cosecha en la cooperativa habrá una antena o lector de radiofrecuencia capaz de identificar el señuelo a distancia. El sistema se completa con otro dispositivo para retirar los señuelos de la cinta transportadora para que no pasen a molturación.
En Andalucía existen tres mil cooperativas y el éxito del sistema depende de que un número representativo de ellas dispongan del sistema para garantizar que los ladrones sean detectados en cualquier almazara a la que acudan.
Agro Security se presenta con el lema “Ponle puertas al campo” y se encuentra actualmente en un proceso de búsqueda activa de socios capitalistas. Cárdenas y Berrio explican que necesitan unos diez millones de euros, el 30% de la inversión total, ya que una vez conseguida ésta el resto de la financiación vendrá de la Junta de Andalucía y fondos europeos.
El cebo estará constituido por un fruto artificial de silicona, caucho, resina o plástico en cuyo interior se incorpora una etiqueta de identificación por radiofrecuencia.
Agro Security cree que el dispositivo es aplicable a multitud de frutos tales como aceituna, uva, piñón, almendra, cereza, naranja, ciruela, pepino y tomate.
En el caso de Andalucía, según el Plan de Negocio, la aceituna es la cosecha más propensa a ser hurtada pero el invento podría utilizarse en explotaciones de cualquier punto de España cuyo fruto sea susceptible de pasar por cooperativa.
En la actualidad no existe ningún sistema eficaz para la detección del hurto ni ningún sistema de trazabilidad fiable para el marcaje de las cosechas agroalimentarias.
“Los sistemas de seguridad no van más allá de la colocación de vallas, pinchos o zanjas para evitar que entren los vehículos de los posibles ladrones y, en algún caso, la instalación de cámaras de videovigilancia en parcelas que tengan electricidad propia”, explican los emprendedores.
Cita: “Justo es que pierda lo suyo, quien robar quiso lo tuyo.”
Fuente: diariodesevilla.es
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